Allá por la década de los 90 se empezaban a popularizar los teléfonos móviles, esos que parecían walkie talkies, si tienes más de 35 tacos te estarás echando ahora una sonrisa de medio lado recordándolos...
Casi todos mis amigos y familiares tenían un ladrillo de éstos pero yo era un poco reacio - más que nada por llevar la contraria - hasta que un mal día mi Ford Escort me dejó tirado a unos cuantos kilómetros de la civilización. Dejé el coche en la cuneta y tuve que ir andando hasta un polígono industrial cercano donde, para más inri, estaba todo cerrado porque era domingo. Creo recordar que pude avisar de mi situación desde una gasolinera.
Esta experiencia me llevó a comprarme mi primer teléfono móvil. Desde entonces hasta ahora - y ya ha pasado un buen puñado de años - llamar en caso de emergencia cuando me he quedado desamparado en una carretera ha sido lo más útil que he hecho con un móvil, y me atrevería a decir que ha sido casi lo único útil.
No uso el móvil para meterme en Twitter ni Facebook porque no tengo ni una cosa ni la otra, el correo lo reviso en el ordenador y el 99% de lo que se vierte a los grupos de whatsapp es ruido. No me considero un antisistema, hablo basándome en mi propia experiencia. Sinceramente, no le veo mucha más utilidad al móvil aparte de la que he expuesto: llamar en caso de emergencia.
Ya he comentado en muchas ocasiones que no tengo televisión en casa, me parece un electrodoméstico completamente prescindible. No siempre hay que dejarse llevar por la corriente y hacer lo que hace la mayoría. Hay que cuestionarse las cosas y preguntarse a uno mismo si realmente nos aportan algo de provecho a nuestra vida. Con el móvil sucede lo mismo, el hecho de que todo el mundo se pase el día enganchado a él no significa que sea imprescindible.
Rasmus Lerdorf es el creador de PHP, el lenguaje de programación con el que se han creado la mayoría de las webs que pueblan internet. Para los que somos programadores es un semidiós. Hace poco le escuché decir en una conferencia que no tiene teléfono móvil, de hecho nunca ha tenido ninguno (ver la imagen que ilustra el post). El hecho de que una de las personas más influyentes a nivel tecnológico de los últimos años no tenga móvil me hizo reflexionar de nuevo sobre este tema.
Aún haciendo un uso moderado del aparato quiero ir un poco más lejos: prescindiré del teléfono móvil un día a la semana, estará apagado y metido en un cajón. Será como una especie de ayuno depurativo. El día elegido es el domingo. Si le cojo el gustillo, ampliaré el veto a más días. En caso de salir de viaje con el coche o la moto un domingo, lo llevaré encima pero apagado.
Si alguna vez has renunciado al móvil, ya sea de forma temporal o para siempre, cuéntame tu experiencia.
Aún haciendo un uso moderado del aparato quiero ir un poco más lejos: prescindiré del teléfono móvil un día a la semana, estará apagado y metido en un cajón. Será como una especie de ayuno depurativo. El día elegido es el domingo. Si le cojo el gustillo, ampliaré el veto a más días. En caso de salir de viaje con el coche o la moto un domingo, lo llevaré encima pero apagado.
Si alguna vez has renunciado al móvil, ya sea de forma temporal o para siempre, cuéntame tu experiencia.
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