Fotografía: web europea de Icebreaker (http://eu2.icebreaker.com) |
De dónde vengo y hacia dónde voy en mi manera de vestir
La publicidad y el entorno nos incita a comprar ropa que no necesitamos para estar a la moda o para tener suficiente variedad y cambiar a diario lo que vestimos.
Comprar ropa en exceso hace que se llene el armario y que se cumpla la Ley de Pareto: el 80% del tiempo nos ponemos el 20% de la ropa. La ropa se amontona mientras seguimos comprando y comprando.
"Eliminar lo innecesario y centrarse en lo importante", este es el mantra del minimalismo. Aplicar este principio a la ropa, nos lleva a seguir unas pautas en cuanto al consumo de prendas de vestir:
- Comprar solo la ropa necesaria, si es preciso haciendo una lista previamente y evitar a toda costa las compras compulsivas.
- Elegir prendas de calidad. Suelen costar más en principio pero a la larga salen más baratas ya que duran más.
- Comprar ropa de corte clásico que no pase de moda y que sirva de una temporada para otra.
- Usar prendas de colores lisos y sin estridencias ya que son más fáciles de combinar y cuesta menos repetir.
Un reto muy interesante para tomar conciencia de la ropa que realmente usamos es el Proyecto 333 que consiste en usar únicamente 33 prendas (incluyendo ropa, calzado y accesorios) durante 3 meses. Si no lo has hecho todavía, te lo recomiendo, para mí fue toda una revelación.
Desde aquel Proyecto 333 del 2011 ha llovido mucho. Ya en el 2013 reconocía en un artículo que visto igual o casi igual todos los días: toda mi ropa interior es exactamente igual, tengo varios pantalones vaqueros que son casi iguales y son los únicos que me pongo. Aunque en la parte de arriba sí que he ido variando las prendas. Para el trabajo solía ponerme alguna camisa discreta de color blanco, azul o a rayas. Después, para salir a la calle y los fines de semana, casi siempre iba más informal, con camiseta y sudadera.
Llegado a este punto y aprovechando las vacaciones de verano para experimentar y reflexionar, le he dado una vuelta de tuerca más al tema de la ropa y ahora sí que puedo decir con rotundidad que VISTO EXACTAMENTE IGUAL TODOS LOS DÍAS. Para ser preciso, visto exactamente igual todos los días desde el 20 de agosto de 2014. Son apenas 10 días desde entonces hasta el momento de publicar este artículo, pero no me podía contener, os lo tenía que contar porque esto va para largo y para mí significa un punto de inflexión en mi modo de ver la vida y una liberación casi inefable.
El uniforme en cuestión
Con la parte de abajo lo tengo fácil, empezando por unos zapatos polivalentes y siguiendo con unos vaqueros, punto. Ahora en verano llevo unos zapatos calados y unos vaqueros cortos y cuando pase el calor, los cambiaré por unos zapatos cerrados y unos vaqueros rectos de toda la vida. Si tenéis curiosidad, le puedo dedicar un post próximamente a los zapatos y los vaqueros.
Vamos ahora con lo difícil, la parte de arriba. Le he dado muchas vueltas al asunto. He barajado muy seriamente la posibilidad de llevar siempre una camisa blanca que queda bien en cualquier situación y es fácil de conseguir en cualquier tienda. La idea era llevar camisa blanca de manga corta en verano y de manga larga en invierno. Finalmente he descartado esa opción en favor de una camiseta. Aquí van las razones:
- Aunque me veo bien tanto con camisa como con camiseta, me siento más cómodo con una camiseta.
- El cuello y los puños de una camisa se ensucian con mucha facilidad y tendría que cambiármela a diario o, con suerte, cada dos días.
- Un pequeño cambio físico puede hacer que una camisa no quede bien. Ya me ha pasado varias veces que al engordar o adelgazar, o tras volver al gimnasio, una camisa que me quedaba perfecta, se ve apretada por según qué partes. Una camiseta sin embargo ofrece mucho más margen a los cambios en el físico.
- Llevar camiseta en un entorno en el que la mayoría de la gente viste de manera más o menos formal me da un puntito de irreverencia que me gusta. Si una situación en particular requiere formalidad en el vestir, más abajo cuento cómo salvar los muebles.
El color de la camiseta
Bien, una vez que he decidido vestir todos los días con una camiseta, tengo que elegir el color.
Para empezar, quedan descartados todos los estampados, dibujos o inscripciones sean del tipo que sean. La camiseta debe ser de un color liso. También descarto de entrada los colores chillones ¿os imagináis vestir todos los días de amarillo o fucsia? Los candidatos son los colores neutros: blanco, negro y toda la gama de grises.
Una camiseta blanca lisa la asocio inmediatamente a la ropa interior, descartada. La camiseta negra está bien pero no quiero vestir de negro todos los días. Además, el color negro de la ropa se suele ir perdiendo con el uso intensivo y los lavados frecuentes hasta quedar en un negro apagado feucho.
El gris claro lo asocio a los pijamas (cada uno tiene sus fijaciones). Finalmente opto por el gris oscuro, me parece elegante y discreto y con unos vaqueros queda perfecto.
No quiero ser una valla publicitaria
Tengo muy claro que no quiero ser un hombre anuncio. Por muy buenas que sean las prendas que llevan un cocodrilo o un jinete montado en su caballo, una condición indispensable que tiene que cumplir mi camiseta es la de no tener visible el nombre de la marca o el logotipo. O si está visible, que sea de una forma muy muy discreta, que casi no se aprecie.
La camiseta que he elegido finalmente es la que sale en la imagen que acompaña a este artículo. La podéis ver directamente en su web mediante este enlace (el color es "monsoon"). Como se puede apreciar en la foto, el logotipo está bordado con hilo del mismo color que la prenda y casi no se ve.
El tejido de la camiseta
La mayoría de camisetas disponibles en el mercado son de algodón, o de una mezcla de algodón con fibra sintética. Y la gran mayoría de ellas son de mala o muy mala calidad, aunque buscando, como siempre, también es posible encontrar camisetas de algodón bien hechas, que no se deforman a los pocos lavados y que no pierden el color.
El algodón es una fibra natural que tiene muy buen tacto y transpira muy bien, pero que tiene un serio inconveniente, al menos para mí. A poco que sudes una camiseta de algodón, cuando se seca huele fatal; y al final pasa como con las camisas, que hay que cambiarlas prácticamente a diario.
Para encontrar camisetas que aguanten mucho uso, que transpiren bien y que no huelan a las primeras de cambio hay que irse a marcas técnicas que fabrican ropa deportiva. Tengo dos camisetas de la marca Marmot que son indestructibles, una de ellas me acompañó en El Camino de Santiago y todavía me la pongo para ir al campo. También tengo muy buena experiencia con las camisetas de la marca Under Armour.
Las camisetas técnicas están fabricadas con fibra sintética y el tacto no es tan agradable como el de las camisetas de algodón. Incluso tienen un brillo (unas camisetas más que otras) que delata la fibra artificial.
Después de mucho indagar descubro que hay prendas hechas con lana de oveja merina que, por lo que cuentan, todo lo que tienen son ventajas: tienen un tacto suave, transpiran bien, son fresquitas en verano y calentitas en invierno y tienen propiedades antibacterianas, lo que evita los malos olores.
Un tanto escéptico pedí por internet la camiseta de la foto. Es de la marca Icebreaker, que está especializada en prendas fabricadas con lana de oveja merina. Todavía es pronto para hablar de la durabilidad, pero por el momento ratifico al 100% las características casi mágicas que se le atribuyen al producto, ya tengo en camino un pedido de Amazon (Icebreaker Tech T Lite) con otras dos camisetas exactamente iguales a la que me estoy poniendo ahora. Parezco un comercial de la marca, pero al César lo que es del César.
¿Y si necesito vestir de manera formal?
Algunos pensaréis que una camiseta y unos vaqueros es una vestimenta muy informal y es cierto; pero si te pones encima una americana, la cosa cambia. Para muestra un botón:
Ya sé que la percha influye mucho, pero no me podéis negar que queda "guay". Con una americana como parte del uniforme se puede salir airoso de cualquier situación medianamente formal. En casos de "extrema" formalidad puede que no resulte una indumentaria adecuada, pero como no tengo en mi horizonte cercano recibir un Óscar o un Nóbel, de momento no me preocupa.
Hola, Luis José:
ResponderEliminarEl tema de este artículo es realmente interesante y da mucho que pensar.
Estoy segura de que no todo el mundo apuesta por tener el "uniforme perfecto" para cualquier ocasión. Sin embargo, creo la gente que quiere acertar y, al mismo tiempo, sentirse cómoda con su atuendo en cada momento suele escoger las prendas de determinado tipo, determinado corte y determinado color o tono que, en ciento sentido, representan su personalidad y les permiten ser ellos mismos en cualquier circunstancia. En este caso, el problema de no saber combinar ciertas prendas entre sí también queda apartado. En mi opinión, estas dos pautas son las más importantes a tener en cuanta a la hora de llenar nuestros armarios. La moda pasa, el estilo permanece.
En cuanto al personaje que has elegido como ilustración para esta entrada de tu blog, me parece que has dado en el clavo. Admiro a Keanu Reeves como actor y persona. Es verdad, el estilo que pones de manifiesto en tu artículo lo caracteriza a la perfección: una camiseta, una chaqueta americana y unos vaqueros lo acompañan allá a donde va, salvo, claro está, los casos muy puntuales el los que se exige rigurosa etiqueta. Te felicito por ser tan valiente a la hora de determinar tu propio estilo. Y ¡gracias por compartir tu experiencia!
Hola Elena,
ResponderEliminarEs curioso que enfoques el artículo por el lado del estilo más que por la vertiente minimalista. En efecto si uno elige de forma muy meditada cuál va a ser la ropa que vestirá a diario, desde luego reflejará mucho mejor su manera de ser que la ropa encontrada al azar en unas rebajas o la que te han regalado unos familiares para Reyes.
Me encanta eso que dices de "La moda pasa, el estilo permanece", estoy totalmente de acuerdo.
En esta vida hay que ser valiente, nunca te arrepentirás de lo que has hecho, aunque te haya salido mal; sin embargo sí que te arrepentirás de no haber hecho aquéllo que quisiste hacer pero no te atreviste.
Muchas gracias por comentar, a ver si te pasas con más frecuencia por el blog ;-)
Un abrazo
A ver Luis José. Ya sabes que yo no soy tan partidario de soluciones extremas como los que sois minimalistas. Admito que según estaba leyendo el artículo estaba pensando "le pondré en los comentarios a Luis José que no se puede ir a todos lados en camiseta", pero vas y al final me dejas sin ese argumento jejeje.
ResponderEliminarQue conste que no soy partidario de llevar camiseta a todos lados. Me parece una prenda demasiado informal ( salvo que se lleve con chaqueta) y tampoco soy partidario de vestir siempre del mismo color, corres el peligro de ser "El hombre de gris".
Sin embargo, he de admitir, que tu búsqueda de la eficiencia es admirable. Vas superando uno a uno los problemas de forma racional y sensata. De hecho hasta me estás haciendo plantearme comprar una camiseta como esa que tienes tú. Luego si la compro y nos tomamos una cerveza un día no digas que te he copiado.
No me veo llegando tan lejos en el minimalismo, pero si me veo adoptando parte de esa actitud para evitar problemas en el armario.
Un saludo.
Hola Iván, coincido contigo en que una camiseta es una prenda informal y no me podría permitir vestir como visto ahora si trabajara como comercial o como abogado. En ciertos trabajos y ciertos puestos se exigen ciertas normas en cuanto a la vestimenta, a veces escritas y a veces no escritas, pero están ahí y no te puedes salir de la manada. También están los gustos de cada uno, tengo amigos por ejemplo que nunca llevan vaqueros y siempre visten con chinos o con pantalones de pinzas. También conozco gente que nunca jamás se pone corbata, ni en las bodas.
ResponderEliminarLe he dado muchas vueltas antes de decidir mi uniforme, créeme. Esto es todavía un experimento, aunque cada día estoy más contento con la decisión que he tomado, aún conservo mis treinta y tantas camisas por si me arrepiento ;-) Voy a dejar un margen de tiempo antes de donarlas.
Aprovecho el comentario para contarte el extremo opuesto. Hace varios años me dio por ir a clase con traje y corbata y fui de esa guisa casi todo el curso, mientras las temperaturas de Málaga me lo permitían. Cada dos por tres tenía que dar explicaciones. Cuando entraba en la sala de profesores, los que no me conocían miraban para otro lado o se hacían los escurridizos porque ¡pensaban que era un comercial que iba a venderles algo! jajaja. Incluso una profesora que me conocía muy bien me preguntó si había cambiado de trabajo, pensaba que ahora era un representante de una editorial jajajaja.
En fin, que esto de salirse del rebaño sea de la manera que sea tiene su gracia. Seguro que durante este curso tendré ocasión de protagonizar alguna que otra anécdota como resultado de mi vestir.
Si te pides una camiseta igual, ten cuidado con la talla, yo uso la XL sin embargo me pedí la L y me queda perfecta (ya estaba avisado), así que ya sabes, una talla menos. Una foto de los dos tomando una cerveza y vistiendo la misma camiseta sería trending topic de la blogosfera minimalista jajaja
Un abrazo
Me gustaría que dedicaras un post a zapatos y vaqueros, y me dijeras las marcas y tallas. Es probable que cuando nos encontremos para tomar un café vayamos vestidos muy parecidos. Quien avisa no es Rajoy.
ResponderEliminar(mido 180 y peso 82 kg., creo que usaremos tallas parecidas)
Necesitaría que me dieras el enlace de tu camiseta, porque creo que me voy a pasar a tu modelo.
ResponderEliminarMi uniforme es desde hace mucho tiempo el pantalón + camisetas (blancas o negras) pero como soy muy vago compraba siete de cada en el corte inglés a precio bastante barato, las que me encontraba.
Si son tan buenas como dices, me pasaré a tu marca. Solo tengo la duda de si elegir tu color o seguir con los dos colores, blanco y negro.
Copiar es una técnica de búsqueda bastante minimalista, espero que no te importe.
ResponderEliminarBueno, yo sí que necesito el traje para el trabajo (lo uso también para bodas y otros eventos formales). Tengo un traje y unas cuantas camisas azules. Ahí no me queda más remedio. Pero en el futuro me gustaría seguir tu estilo y pasarme a la americana por encima de la camiseta. Por ahora no puedo.
ResponderEliminarBueno, yo mido lo mismo pero peso 10 Kg más, así que seguramente usarás una o dos tallas menos de pantalón por lo menos ;-)
ResponderEliminarLos vaqueros son unos Levi's 501 de toda la vida (http://www.levi.com/ES/es_ES/men-jeans/p/005010113) que ahora mismo están colgados en el armario porque con treinta y pico grados a la sombra no hay quien se los ponga, así que mientras aprieta el calor voy cambiando las dos bermudas vaqueras que tengo (Unas Easy Wear de El Corte Inglés y unas Pepe Jeans).
Los zapatos que uso ahora son unos Callaghan Fish (http://www.callaghan.es/shoe_info.aspx?id=1/13614) y cuando pasen "las calores" serán estos unos Callaghan Clima (http://www.callaghan.es/shoe_info.aspx?id=1/20283) o algunos parecidos. Eso sí, ¡todos los días los mismos hasta que se rompan!
Al igual que Elena, opino que el tema es interesante y da para pensar.
ResponderEliminarAl principio pensé: "qué barbaridad" vestir siempre igual. Luego pensé y me di cuenta que en invierno, salvo ocasiones, voy con leggins (Calzedonia), botas/botines (de buena calidad) y jersey. Cada vez soporto menos los vaqueros, por temas de salud (me aprietan el vientre después de una operación). Hace años que los pantalones son de colores neutros y reconozco que me encantan los colorines en los jeseys.
Sobre temas de marcas, mi hermana me recomendó Hollister en rebajas, hay varias tallas de ancho y de largo de pierna. En Madrid sé donde hay dos tiendas en otros sitios no sé...
Sí, es lo que tú dices, al principio parece que vestir igual todos los días es algo descabellado; pero después si te fijas bien, casi todo el mundo repite mucho las prendas y tiene su propio estilo, a pesar de tener el armario lleno :-) Es lo que comentaba de la Ley de Pareto.
ResponderEliminarGracias por la recomendación de Hollister, no conocía la marca. He mirado en su web y los vaqueros tienen buena pinta y tienen modelos que se ajustan a lo que quiero en unos pantalones: corte recto, diseño discreto y marca poco o nada visible.
Un saludo
Yo en esto del minimalismo ni siquiera he llegado al inicio, de momento estoy tentada de probar con el proyecto 333, aunque por el momento no sé si seré o no capaz. Sí es cierto que esta temporada apenas he comprado ropa y estoy aprovechando la que tengo (que no es poca), el siguiente paso es comprar lo que sea absolutamente necesario y sobre todo elegir básicos en un sólo tono, tengo demasiadas prendas estampadas con mucho colorín, que luego resulta difícil combinar. Este mes he puesto en práctica el minimalismo a la hora de organizar la cocina, no veas la de cosas que he tirado y/o regalado.
ResponderEliminarHola Esther, te animo a que intentes el proyecto 333, seguro que eres capaz. La gente a tu alrededor no se va a dar cuenta pero ya verás como a ti te va a servir para saber a la larga qué te hace falta y qué no.
ResponderEliminarUff, la cocina es un pozo sin fondo, como no tome uno la sartén por el mango, nunca mejor dicho, es un sitio donde se acumulan objetos innecesarios con mucha facilidad y hay que hacer revisiones con frecuencia.