Minimalismo y sostenibilidad son dos corrientes de pensamiento que encajan perfectamente. Es por eso que son bienvenidas las colaboraciones de blogueros que escriben sobre este tema. En esta ocasión, tengo el placer de ofreceros un artículo de José Galindo que escribe en BlogSOStenible.
Aunque la filosofía minimalista es, en esencia, muy simple, tiene implicaciones colaterales importantes. La esencia es la austeridad en la vida, siguiendo el ejemplo, entre otros, de aquellos ancestrales filósofos ascetas griegos y romanos. Los motivos para consumir menos pueden ser diversos, aunque hoy día la crisis económica y ambiental ofrecen argumentos muy sólidos. Ante la dificultad de un cambio sustancial y urgente, se sugieren cambios paulatinos, experimentos minimalistas, para ir asimilando un nuevo modelo de vida.
Pero en esta filosofía no es sólo importante poseer pocas cosas, sino también aprovecharlas bien, hasta el final de su vida útil: Lo viejo puede ser también útil. No es muy razonable tener pocas cosas pero cambiarlas continuamente (cambiar de teléfono, o de ordenador, es muy costoso social y ambientalmente hablando… recordemos el problema del mineral coltán, por poner un ejemplo).
El minimalismo conduce irremisiblemente a darse cuenta que necesitamos menos de lo que pensábamos, incluyendo menos salario, por lo podría percibirse que sobra dinero. Hay que cuidar en qué se emplea ese dinero extra, porque en muchos casos se ha llegado a la conclusión de que consumir menos no sirve de nada. Por tanto, lo mejor sería poder reducir nuestra jornada laboral (y nuestros ingresos), y contribuir así a repartir mejor el empleo y la riqueza. Por desgracia eso no es posible en muchas ocasiones, por la estructura del trabajo. Pero puede cambiarse. Los ciudadanos queremos unos gobernantes dispuestos a sacarnos de la crisis repartiendo la riqueza (y el empleo), más que fomentando el consumo y un crecimiento económico que es una utopía. Reducir la jornada laboral es un paso inevitable hacia una economía sostenible, y con muchas ventajas añadidas.
Al menos, los gobiernos deberían estudiar la posibilidad de fomentar que el trabajador que lo desee pueda voluntariamente reducir su jornada laboral, repartiendo parte de su trabajo y sueldo con tanta gente sin trabajo. La solución a las crisis económica y ambiental pasa, inevitablemente por el trabajo a tiempo parcial, y más austeridad en los países ricos.
Salirse, aunque sea un poco, del sistema consumista es contribuir al necesario decrecimiento económico en los países ricos. No puede ser complicado porque realmente necesitamos pocas cosas. Pero puede ocurrir que una persona que tienda al minimalismo existencial choque con sus familiares si no están en la misma onda. En estos casos hay que recurrir a la imaginación, el diálogo, el humor, y la paciencia.
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Pero en esta filosofía no es sólo importante poseer pocas cosas, sino también aprovecharlas bien, hasta el final de su vida útil: Lo viejo puede ser también útil. No es muy razonable tener pocas cosas pero cambiarlas continuamente (cambiar de teléfono, o de ordenador, es muy costoso social y ambientalmente hablando… recordemos el problema del mineral coltán, por poner un ejemplo).
El minimalismo conduce irremisiblemente a darse cuenta que necesitamos menos de lo que pensábamos, incluyendo menos salario, por lo podría percibirse que sobra dinero. Hay que cuidar en qué se emplea ese dinero extra, porque en muchos casos se ha llegado a la conclusión de que consumir menos no sirve de nada. Por tanto, lo mejor sería poder reducir nuestra jornada laboral (y nuestros ingresos), y contribuir así a repartir mejor el empleo y la riqueza. Por desgracia eso no es posible en muchas ocasiones, por la estructura del trabajo. Pero puede cambiarse. Los ciudadanos queremos unos gobernantes dispuestos a sacarnos de la crisis repartiendo la riqueza (y el empleo), más que fomentando el consumo y un crecimiento económico que es una utopía. Reducir la jornada laboral es un paso inevitable hacia una economía sostenible, y con muchas ventajas añadidas.
Al menos, los gobiernos deberían estudiar la posibilidad de fomentar que el trabajador que lo desee pueda voluntariamente reducir su jornada laboral, repartiendo parte de su trabajo y sueldo con tanta gente sin trabajo. La solución a las crisis económica y ambiental pasa, inevitablemente por el trabajo a tiempo parcial, y más austeridad en los países ricos.
Salirse, aunque sea un poco, del sistema consumista es contribuir al necesario decrecimiento económico en los países ricos. No puede ser complicado porque realmente necesitamos pocas cosas. Pero puede ocurrir que una persona que tienda al minimalismo existencial choque con sus familiares si no están en la misma onda. En estos casos hay que recurrir a la imaginación, el diálogo, el humor, y la paciencia.
Más información:
- Los mayores retos de la humanidad, según BlogSOStenible.
- Dibujos Animados Ecológicos: Érase una vez, LA BASURA
- Resumen del libro «Hay Alternativas: Propuestas para crear empleo y bienestar social en España» de los economistas V. Navarro, J. Torres López y A. Garzón Espinosa.
- ¿Qué Pasaría si en los Países Ricos Trabajáramos Menos? Hacia una Economía Sostenible con las consecuencias de reducir la jornada laboral (genial vídeo breve final de Carlos Taibo sobre decrecimiento).
- Libros resumidos sobre ecología, economía, globalización…
Lo siento responder a un viejo articulo, pero este tema me interesa mucho. Yo también seria de tu misma idea: diminuir los horarios de trabajo y asì doblar los empleos. Pero siempre pienso a como pudiera vivir con la mitad de mi salario... Ahora es imposible si no pasa algo (bajar las tasas por empleo, bajar los precios de servicios o alquiler).
ResponderEliminarHay solucion?
Hola Girina, en efecto el tema es complejo pero habría que buscarle solución. Yo creo que una de las cuestiones fundamentales es replantearnos el consumo. El motivo por el que la gente se mata trabajando es ganar dinero para poder consumir; en el momento que uno adopta un consumo responsable y compra lo que realmente necesita, se desvanece la necesidad de echar tantas horas trabajando.
ResponderEliminarTe pongo un ejemplo concreto. Para mí, un coche nuevo supone un año de trabajo. Podría buscarme un segundo trabajo que me aportara más ingresos pero cuando lo pienso detenidamente, se me quitan las ganas de cambiar de coche, prefiero apañarme con el que tengo y disfrutar de mi tiempo libre.
Otra cuestión es que tu hobby o pasión coincida con tu trabajo; entonces no te pesan las horas que le dedicas, pero bueno, esa es otra historia...
Para mí el primer paso es disminuir el consumo y luego ya veré que hago con el dinero sobrante. Aunque reconozco que mi ilusión es comprarme un piso y viajar
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