miércoles, 20 de julio de 2011
El Camino de Santiago sin mochila III: Conclusiones
Me encuentro de vuelta del Camino de Santiago antes de lo previsto por culpa de una lesión - una periostitis tibial. Por un lado estoy contento por haber tomado parte en esta experiencia que va mucho más allá de un reto minimalista o una simple prueba de resistencia. Pero, por otro lado, me entristece tener que dejarlo a medias. Espero poder terminar El Camino algún día, retomándolo donde lo he dejado.
No obstante, pese a no concluir mi objetivo, creo que los 300 Km recorridos en las 11 jornadas de caminata me permiten sacar algunas conclusiones y compartirlas con vosotros.
La rutina
Cambiaban los lugares, las gentes, el clima… pero el quehacer diario se ajustaba a una rutina rápidamente adquirida: me levantaba a las cinco y pico, comía algo, echaba a andar antes de las seis, paraba en algún pueblo a descansar y tomar café sobre las ocho o las nueve, llegaba al albergue casi siempre antes de las doce para evitar las horas de calor y sobre todo para asegurarme una cama, me duchaba, lavaba la ropa, buscaba una tienda donde comprar comida o un bar donde almorzar, por la tarde daba una vuelta por el pueblo/ciudad, cenaba temprano, recogía las cosas y preparaba el escaso equipaje para el día siguiente y antes de las diez me iba a la cama.
Los demás peregrinos se ceñían a la misma rutina, cambiando si acaso el horario. No había diferencias por el hecho de llevar mochila salvo que algunos, dependiendo de la cantidad de ropa transportada, se podían permitir pasar uno o dos días sin lavar.
Si necesitas algo que no llevas, lo puedes comprar
Me parece que llevar “de todo” por si acaso no es la mejor opción cuando emprendes un viaje. Cualquier cosa que necesites la puedes comprar en el lugar de destino siempre que te muevas dentro de la civilización.
Más de uno me aconsejó llevar un botiquín: alcohol, Betadine, algodón, tiritas, Frenadol, Aspirinas y un largo etcétera. No me llevé nada de eso, ni una tirita. Llegó el día en que me hicieron falta algunos medicamentos, entré en una farmacia y los compré, así de simple.
En su día le di muchas vueltas al calzado que llevaría para utilizar en la ducha. Después de muchas búsquedas por internet y de probar varios productos, opté por llevar unos calcetines de neopreno con suela antideslizante. A los pocos días de comenzar El Camino me di cuenta que servían perfectamente para la ducha pero eran incómodos a poco que quisiera darme una vuelta por el albergue o cruzar la calle para comprar algo, así que me compré unas chanclas y unos mosquetones para colgarlas en la riñonera, nada más fácil.
Compré además una navaja multiusos y desodorante; y seguramente me hubiera hecho falta comprar algo más de seguir mi andadura hasta Santiago. Recuerdo un sabio consejo de un peregrino experimentado: “Cuando lo tengas todo preparado, llévate al Camino la mitad de cosas y el doble de dinero”.
Inconvenientes de no llevar mochila
Las ventajas de llevar únicamente una riñonera son obvias, así que paso a describir los inconvenientes que, en principio, puede que no resulten tan evidentes.
Se puede comer en bares y restaurantes pero, para que no se dispare el presupuesto, es conveniente comprar comida y cocinar en los albergues. Se pueden comprar alimentos en pequeñas cantidades pero es casi imposible evitar que quede comida de un día para otro; la mayoría de las veces, esa comida no cabe en la riñera y hay que llevarla en una bolsa, o bien en la mano, o bien colgada con mosquetones o amarrada, lo que resulta un poco incómodo.
Algunos peregrinos me miraban mal. Daban por sentado que es imposible llevarlo todo en una riñonera y, por lo tanto, suponían que "mi mochilón de 15 Kg" me lo llevaba un coche de apoyo; hasta que me paraba a explicar que solamente llevaba riñonera, que la toalla la llevaba en un bolsillo, que utilizaba jabón en lugar de botes de gel y champú y bla, bla, bla... También es cierto que algunos se interesaron mucho y querían saber cómo había sido capaz de compactarlo todo tanto. Hubo un peregrino que, con muy buen criterio, me sugirió meterlo todo en una mochila y rellenarla con algodón, para evitar así miradas por encima del hombro y para no tener que dar tantas explicaciones.
He echado en falta llevar algo de ropa formal, o al menos "no tan deportiva". En algunas situaciones, por ejemplo cuando asistía a misa, o en alguna visita guiada hubiera preferido llevar un pantalón largo y un polo en lugar de la ropa "ultratécnica" que me ponía todos los días para andar. Eso, lógicamente, no se puede hacer llevando sólo la riñonera.
En definitiva, es posible hacer El Camino de Santiago sin mochila, llevando las cosas en una riñonera y en los bolsillos del pantalón, aunque seguramente la mejor opción sea llevar una mochila pequeña que permita cierto desahogo.
El Camino de Santiago es una excelente escuela de minimalismo y os recomiendo emprender la aventura si tenéis la ocasión.
Podría contar muchas más cosas pero no quiero hacer más largo el post, prefiero que seais vosotros los que utilicéis los comentarios para preguntarme.
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Jo, que pena que tuvieras que volver tan pronto. Veo que al final la piedra de alumbre... Que paso con eso?
ResponderEliminarLa piedra de alumbre está bien para no oler, pero en realidad no desprende ningún olor a no ser que esté mezclada con aceites esenciales y no es éste el caso. Lo del desodorante la verdad es que fue un capricho que además ocupaba buena parte de la riñonera, pero no me arrepiento de haberlo comprado :)
ResponderEliminarMe sorprendió gratamente que con tantísima gente que hay en los albergues, por regla general no huele "a humanidad" ni a pies, la gente es bastante limpia y se preocupa de estar aseada y de tener también la ropa limpia.
Desde que leí tu post antes de la partida, tenía curiosidad de ver como te iría. Siempre he pensado que estas cosas lo que sobra es la mochila, jeje. La primera vez que me adentré en el camino me lesioné a los pocos días y la tendinitis iba a más, pero no quería abandonar (me quedaban más de dos semanas por delante y volverme a casa me parecía de lo más deprimente comparado con lo que estaba viviendo). Así que cambié de "paradigma". Dejé la mochila (ufff) y la cambié por unas alforjas y una bici. Y desde entonces todo fue rodado xD. Llegué hasta Fisterra. La gente se sorprendía al vovlerme a ver en bici. Cuando lo repetí de nuevo con mochila, seguía pensando que lo que me sobraba era eso, la mochila.
ResponderEliminarLa conclusión a la que puedo llegar es esta: plantear el viaje con lo mínimo (tal y como has hecho tú) y luego meterlo en una mochila pequeña. Nada de mochilas de grandes y llenas a tope, aunque si fuera una tercera vez, lo haría en bici.
Un cometario para terminar, eso que decía Cervantes de que es mejor el camino que la posada, llegué a entenderlo y a compartirlo completamente.
Saludos,
Miguel Ángel
Hola Miguel Ángel,
ResponderEliminarEspero retomar el camino a pie en Burgos, que fue donde lo dejé, pero tendrá que ser el año que viene. Si volviera a hacerlo otra vez desde Francia, lo haría en bici. Además, la próxima vez me gustaría ir con un grupo de amigos. Hacer el camino solo tiene sus ventajas pero creo que es mejor ir con tu gente.
Muchas gracias por contarnos tu experiencia.
Un saludo,
Espero que estés mejor de tu lesión. Siempre aprendo algo leyendo tus artículos. Felices vacaciones!.
ResponderEliminarHola Mª Luisa, gracias, estoy mejor, es cuestión de reposo y paciencia :)
ResponderEliminar¡Buenas vacaciones para ti también!
Menos equipaje imposible. Bravo. Lo tomaré como ejemplo.
ResponderEliminarUna pregunta: puesto que los contactos con la gente serían en general azarosos y fugaces, ¿sacas alguna conclusión sobre el tipo de comunicación que se puede establecer con la gente que te encuentras en un viaje en solitario?
Dices también que si lo hicieras de nuevo, lo harías con amigos. ¿No se perderían algunas posibilidades de encuentros con gente diversa? Y aunque siguieras interactuando con las gentes, ¿no cambiaría la calidad de los contactos el hecho de tener gente a tu lado que te conoce y que tienes ciertas expectativas sobre ti y tu comportamiento?
Espero que te recuperes pronto.
Es interesante el tema que planteas. Los contactos con los peregrinos son, como tú muy bien dices, azarosos y fugaces; sabes que seguramente no vuelvas a ver a ninguno de ellos en toda tu vida. Pero hay un factor muy importante que interviene en la comunicación entre peregrinos, se trata de la empatía, además una empatía a un nivel muy primario. Durante el camino todos hacemos lo mismo: andamos, comemos, dormimos y poco más, y conseguir cada día concluir con éxito esas cosas tan básicas es todo un logro. La comunicación es imprescindible, nos necesitamos los unos a los otros: ¿sabes si hay albergue en el siguiente pueblo?, ¿puedo compartir lavadora con vosotros? tengo poca ropa, ¿compramos comida entre todos para que salga más barato?, coge tú la cama de abajo que yo puedo subir bien a la de arriba... Estamos obligados a comunicarnos, y además es bueno.
ResponderEliminarEl hecho de ir con amigos aporta algo de estabilidad ante tanta novedad y tanta gente de aquí y de allá. Sabes que puedes contar siempre con alguien para contarle tus penas o tus alegrías, no tienes que empezar de cero cada día. Yo creo que tener gente conocida a mi lado no haría que me aislara del resto sino todo lo contrario. Personalmente siempre me ha costado entablar conversación con gente que no conozco. En un grupo de cuatro o cinco siempre hay un "gancho" con más labia que el resto que hace que al final acabes conociendo a más gente que si estuvieras solo. Es algo parecido a lo que me pasaba cuando salía de marcha cuando era más joven y estaba soltero. Si íbamos dos timiduchos, nos volvíamos casi siempre sin haberle entrado a ninguna chica en toda la noche; por contra, si salía en un grupo grande, siempra había alguien con más cara que el resto que hacía de avanzadilla, y al final todos los del grupo (tímidos o no) acabábamos hablando con chicas. En el camino pasa lo mismo :)
En este más que en otros casos lo importante es el camino y no llegar... que alegría que lo hayas disfrutado tan intensamente... a ver si me uscas un hueco en t u agenda y me cuentas "in person" que m elo estpy pensando para septiembre pero con mochila ... un fuerte abrazo y gracias por tur reflexiones
ResponderEliminarTienes razón, lo importante es el camino, siempre, tanto en El Camino de Santiago como en cualquier otro asunto de la vida. Cuando quieras nos vemos en el mundo físico :)
ResponderEliminarBesos
Hola mínimo , muy interesante tu blog , planteas cosas de
ResponderEliminargran utilidad , con respecto a tu experiencia en el camino de Santiago , creo
que sería ilustrativo saber cuánto dinero te demando la experiencia. Sobre el blog en general , no se si es
positivo poner toda la información del ordenador en la nube , de ese modo
existen terceros ( los dueños de esos sitios ) que podrían acceder a tu información
poniendo en riesgo tu privacidad.
Espero que sigas posteando
Saludos y mucha suerte!
Hola Igor,
ResponderEliminarNo me gasté demasiado dinero en el camino. Los albergues me costaron entre 4 y 8 euros al día (salvo en Francia que me costó 15). La comida, entre 5 y 15 euros al día, dependiendo de la disponibilidad de tiendas y/o bares. El viaje de ida (avión + autobús + tren) me salió por unos 90 euros y el de vuelta (dos autobuses) por 40 y pico.
El riesgo de la privacidad en la nube es un aspecto a tener muy en cuenta. Hay que valorar siempre las ventajas y los inconvenientes. El almacenamiento en la nube no es ni más ni menos seguro que el envío de adjuntos por correo electrónico. Hay que tomar precauciones, está claro.
Me alegra que te haya gustado el blog :)
Un saludo
Mala suerte con la lesión, hombre. Espero que intentes el camino otra vez!
ResponderEliminarPues sí, era algo que podía pasar :(
ResponderEliminarContinuaré en Burgos cuando tenga ocasión, seguramente el verano que viene.
Interesante leer tus reflexiones, y coincido al 100% en que el Camino de Santiago es una escuela de minimalismo. De hecho, fue mi primer contacto con el mismo, aunque un tanto fortuito. Es algo que te cambia.
ResponderEliminarLo de la lesión es mala suerte, aunque caminar tantos días seguidos es lo que tiene... no hay mucho descanso para el cuerpo. Lo que me pregunto es cómo puede aguantar un ciclista, por muy preparado que esté.
Por mi experiencia, puedo decir que suponía que ibas a echar de menos alguna cosilla, pero al haber estado sin ella fijo que la próxima vez agradeces mucho tener ropa de recambio ;).
Ahora a descansar y recuperar de la lesión :).
Interesante tu blog, que acabo de descubrir. Hace tiempo que me parece interesante el concepto de minimalismo, aunque en el caso que nos ocupa, el Camino de Santiago, tendría varias cosas que matizar.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista, estrictamente personal, y como persona que una vez al año "escapo" de monte con varios amigos, llevar una riñonera en lugar de una mochila pequeña no aporta comodidad. Es más fácil para el cuerpo humano llevar algo bien puesto en la espalda, que colgando de la cintura. Tras ver la foto de tu equipaje para el camino, aún me reafirmo más viendo que llevabas un saco-manta y una cantimplora (peso no despreciable). Con una mochila pequeña con un compartimento para poner un depósito de agua con dosificador (o sea, un tubito que queda muy cerca de tu boca) hubieses estado más cómodo. Además, cuando te tocase hacer las compras de eso que no pensabas que ibas a necesitar y luego resulta que sí (como las chanclas), tendrías un lugar mucho más cómodo para colgarlas con mosquetones. El tema está en que un pantalón corto, uno largo y una prenda para protegerte del frío/lluvia son imprescindibles y en una riñonera no van bien.
En definitiva, que si el objetivo es el minimalismo, con una tarjeta de crédito, el DNI y un billete de 100€ en el bolsillo hubieses ido igual de bien, pero claro, en ese caso hubieses tenido que hacer el camino de Santiago yendo de pensión-hotel...
En bicicleta debe ser bastante duro, sí. También hay que tener en cuenta que se acorta muchísimo el tiempo, los días de etapas llanas se pueden hacer 80 - 100 Km sin excesiva dificultad (creo yo). Claro que subir el Alto del Perdón con la bici tiene que ser mucho más duro que que andando :)
ResponderEliminarLa próxima vez llevaré una camiseta más y seguramente también un polo o una camisa :)
Hola MatterHorn. Te matizo la matización :)
ResponderEliminarIgual que hay mochilas y mochilas (tú lo sabrás bien si estás acostumbrado a ir al campo) también hay riñoneras y riñoneras. La que yo he utilizado es muy cómoda y se acopla perfectamente a la cadera. Una riñonera en plan "casual" de las que hay para llevar el móvil y la cartera sí que es incómoda si le metes algo de peso pero la que he llevado yo, que es de trail, es supercómoda.
Tienes toda la razón en cuanto a los añadidos, es decir, en cuanto hay que meter algo que no estaba previsto ya no cabe, y ahí está el problema.
La mochila-camel que comentas es la opción más plausible para la continuación del camino, el verano que viene. Tengo una de 15 litros, que tiene una bolsa para 1,5 litros de agua con un tubito.
Si vas de hotel en hotel, entonces sí que puedes ir con lo puesto, no te hace falta ni riñonera jajaja
Gracias por los comentarios. Un saludo.
Yo estaba pensando más bien en cómo aguanta un ciclista una carrera tipo Tour, Giro o Vuelta, que son 21 días metiéndose 100 o 200 km con puertos impresionantes... es algo que no entiendo muy bien cómo pueden lograr.
ResponderEliminarLo malo de la bici es que además tienes que llevar los fardos con las cosas ( a menos que vayan tan minimalistas como tú) entonces cargar 8 o 10 kg más (además de ropa y demás, alguna herramienta para la bici) tiene que resultar algo realmente agotador.
¿Piensas intentarlo el año que viene entonces? Fijo que ya vas más preparado, la experiencia es un grado :)
Hola Luis José:
ResponderEliminarYa veo que en su momento buscaste bien, tanto en riñoneras, como en mochilas antes de emprender el viaje. Además, me equivoqué cuando dije lo de que llevabas un saco-manta a partir de una de tus fotos. Luego, leyendo mejor una de tus entradas, vi que lo que yo pensé que era un saco-manta, en realidad era la chaqueta técnica, plegada y en su bolsa y el saco lo llevabas en el compartimento de la cantimplora.
Yo comenté lo de la mochila precisamente porque hace un par de años en una salida de unos días por Picos de Europa, en un ambiente bastante agreste en el que en 5 días casi no veías civilización, con lo que descartabas lo de "meto lo mínimo y si algo me hace falta ya lo compraré", llevé una mochila muy pequeña en la que todo ajustaba perfectamente antes de salir (claro, sequito, bien plegado, etc) y en cuanto había alguna emergencia (algo que se moja y no puedes guardar dentro de la mochila) la cosa se complicaba. Así que la solución, aunque no me guste como concepto, para la siguiente escapada fue una mochila mayor, con mucho espacio libre (es difícil no empezar a aprovechar tanto espacio para meter las cosas de "por si acaso", pero ahí hay que hacer un esfuerzo para seguir llevando lo imprescindible) y más posibilidades de reorganización de lo que llevas dentro.
Interesante propuesta ir sin mochila. Yo hice el Camino desde San Juan Pie de Puerta a Santiago en 1996 con una mochila de apenas 5 kg y sin calzado. Mi relato de peregrino descalzo se encuentra en:
ResponderEliminarhttps://sites.google.com/site/diaryofabarefootpilgrim/castellano
Admirable experiencia la tuya!! Y gracias por compartirla, que siempre se toma buena nota de consejos y opiniones, para aquellos que estamos preparando el camino ahora! Un saludiño
ResponderEliminarGracias por comentar. ¡Mucha suerte!
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