miércoles, 12 de enero de 2011
La adicción a las compras
Igual que una droga
La compra provoca en el individuo un estado de excitación o incluso de euforia, lo que significa que las endorfinas y la dopamina se activan. El comprador se siente bien y eso le hace repetir el comportamiento. Se trata de una conducta con refuerzo. Cuando la persona se da cuenta de que la compra realizada no le satisface, la excitación inicial se esfuma, dando paso a la ansiedad. Este estado de ansiedad necesita una solución rápida que produzca un placer instantáneo: la compra. Y vuelta a empezar. El mecanismo que provoca la adicción es exactamente el mismo que el que se presenta en el fumador, el cocainómano o el jugador empedernido.
Las mujeres son más propensas a ser adictas a las compras
El hecho manifiesto de que las mujeres son más propensas a comprar de forma compulsiva y a ser adictas a las compras viene de lejos. Durante el paleolítico, el período más largo de la historia del ser humano, los hombres eran cazadores y las mujeres eran recolectoras. Los hombres seguían a un animal con la intención de capturarlo, tenían ese único propósito. Las mujeres, sin embargo, buscaban bayas, frutas, raíces o cualquier otro alimento. Por tanto estas últimas buscaban varias cosas, es decir, tenían múltiples objetivos en lugar de uno específico como en el caso de los hombres. Claro que este instinto ancestral parece que no afecta a todos de la misma manera.
Curar la adicción a las compras
La mejor forma de aprender a no ensuciar es tomar una bayeta y un limpiahogar y dejar la casa como los chorros del oro. Cuando uno tiene que limpiar, cuida mucho de no ensuciar. La misma medicina se puede aplicar al deseo incontrolado de ir de compras, la medicina minimalista: deshacerse de lo innecesario. Cuando se adquiere el hábito de vender, tirar o donar lo que no sirve, de repente cada compra es objeto de deliberación ¿de verdad lo necesito? ¿no tengo ya algo parecido? ¿no podría vivir perfectamente sin este objeto?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Excelentes propuestas, te dejo un saludo.
ResponderEliminarHola Luis José,
ResponderEliminarExcelente articulo , ya había escuchado la teoría de la recolección en las mujeres, aunque no la comparto en su totalidad, he visto a muchos hombres comprar obsesivamentensin culpa ni remordimiento.
Es innegable quue el minimalismo cambia nuestras vidas, en verdad teniendo lo indispensanble.
Saludos,s
Omar Carreño
Es cierto, también hay hombres que compran de forma compulsiva y cada vez más, sobre todo debido a las fuertes campañas de marketing, pero creo que siguen siendo una minoría comparado con las mujeres adictas a las compras.
ResponderEliminarMuchos comportamientos vienen del paleolítico, no hay que olvidar que esta etapa representa el 99% de la historia de la humanidad.
Cuando te entre el mono de comprar, lo mejor es entrar en un chino... al menos te dolerá menos :)
ResponderEliminarEn efecto, también afecta a los hombres, pero con los agresivos modos de marketing que se gastan algunas compañías, no es para menos...
ResponderEliminarAsí que a las mujeres nos toca aprender a gastar sólo lo estrictamente necesario, y claro, a no hacer caso a la publicidad, claro que cada vez lo ponen más difícil.
Estoy con Mane con los chinos, aunque también se puede recurrir a la frutería. No dolerá tanto el bolsillo y nos animamos a mantener una alimentación sana.
Un saludo.
Entrar en el tema hombres-mujeres tiene su riesgo. En general creo que tienes razón porque quien evita la tentación evita el pecado, y en demasiadas ocasiones el hombre ha evitado la tentación de comprar las toallas, los zapatos de los niños,el regalo de la tita Enriqueta, etc.Pero cuando un hombre "lo prueba" y le gusta, puede entrar en la espiral de la compra compulsiva igual que nosotras y desequilibrar cualquier economía, aunque ahora nos estamos centrando más en el hecho de la adicción.
ResponderEliminarQué bueno es el logo del blog. Cómo me gusta, qué derroche de ingenio.
ResponderEliminarYa no consumo, yo ya no consumo como si fuese una bestia que iba a entrar en ibernación.
Compruebo que el blog lo tengo en Reader.
Gracias, Luis José.