Fregadero Zafiro de Saneamientos Frandoz |
El fregadero de la cocina se asemeja a la bandeja de entrada del correo electrónico. Cuando hay una tacita de café y una cucharilla, no cuesta nada echar una gotita de lavavajillas y pasar el estropajo para que el fregadero vuelva a su estado primigenio. Pasa igual con el correo electrónico, si hay un par de mensajes, los despachamos en un santiamén; casi sin darnos cuenta están leídos y hasta contestados. Muy al contrario, si el panorama que se nos presenta es una pila de platos, ollas, sartenes y demás enseres; o lo que viene a ser lo mismo, una lista interminable de correos electrónicos de todos los tamaños y colores... ¿qué hacemos? Seguramente lo más fácil, mirar para otro lado y, por tanto, agravar la penosa situación.
¿Cuál es la solución? Pues está claro, no hay que ser perezoso, debemos fregar los platos de una atacada y dejar limpio el fregadero. No se pueden dejar los platos sucios de un día para otro. Imagina que viene visita. Peor aún, ¡imagina que quien te visita es tu suegra! Ya sabes, con el correo electrónico igual, la bandeja de entrada tiene que estar limpita al final de la jornada, ni un solo mensaje debería quedar, si no, se irán acumulando hasta Dios sabe cuando.
Ahí van algunos consejos para acabar con la bandeja de entrada vacía al final del día:
- Procesa los correos de uno en uno y por orden de llegada, si no, se pueden ir quedando los que conllevan más trabajo para el final y probablemente se queden sin revisar.
- Borra todos los correos que no vayas a volver a leer.
- Si un correo lleva adjunto un documento importante, archívalo en tu ordenador o en la nube con Dropbox. Recuerda que el correo electrónico es un medio de comunicación, no un sistema de almacenamiento.
- Si quieres conservar algún correo, muévelo a tu carpeta "Archivo". En GMail ya tienes esta carpeta por defecto, si no la tienes, créala.
El recibir las novedades, convocatorias etc del trabajo por el correo electrónico obliga a abrirlo a diario y eso facilita mucho la labor. También ayuda el que tus amigos te conozcan bien y seleccionen los correos antes de reenviar toneladas de cosas que vas a borrar sólo por el título. Y por último, me gusta cuando alguien me avisa de que estará un tiempo sin abrirlo, por vacaciones o mera desconexión mental porque la pelotera que se lía en 15 días hace que te acerques a tu bandeja de entrada con verdadero pavor.
ResponderEliminarComo complemento, añadiría la regla de las tres líneas (no más de 3 líneas en las respuestas), y el no revisar el correo más de dos veces al día; y cuando lo hagas, dedicarte sólo a eso.
ResponderEliminarA mí me gusta tener el correo personal al día. Lo que hago si no puedo responderlos es, en un principio, borrar los que no me interesen o no necesiten respuesta.
ResponderEliminarQuisiera añadir, que una bandeja de entrada es eso, una bandeja de entrada, no un archivo ni un recordatorio. Hay que decidir que hacer inmediatamente, aunque sea "investigar tal asunto" y anotarlo bien en la lista de tareas, bien en el calendario.
ResponderEliminar