sábado, 18 de diciembre de 2010
Diferencias entre estar ocupado, trabajar y ser productivo
Una persona está ocupada cuando está activa realizando tareas, aunque no necesariamente completándolas y mucho menos completándolas bien. Trabajar, sin embargo, implica completar tareas y, por tanto, obtener un producto o resultado. La productividad conlleva, además, la alineación de los resultados obtenidos con unos principios y/o unos objetivos prefijados.
Podríamos decir que el que intenta cavar agujeros con un rastrillo, simplemente está ocupado. El que cava agujeros con una pala está trabajando y el que cava el agujero adecuado en el lugar adecuado del jardín para plantar el árbol que él quiere, es productivo.
Podemos ilustrar los conceptos de ocupación, trabajo y productividad mediante tres personajes imaginarios.
Guillermo (el ocupado)
Nuestro primer personaje es una persona muy ocupada. Está todo el día colgado al teléfono y de reunión en reunión. Su mesa de trabajo está repleta de papeles y muy desordenada (igual que su ordenador), no cabe ni un alfiler. Piensa que es normal, tiene muchas cosas más importantes que hacer que ponerse a ordenar.
Guillermo tiene mucho estrés y piensa que es normal, "todo el que trabaja de verdad como yo tiene estrés", piensa Guillermo. Nunca se ha planteado seriamente por qué y para qué trabaja, simplemente se deja llevar por la corriente.
Mira con frecuencia el reloj para ver cuánto le falta para terminar la jornada. Guillermo piensa que su misión es completar su horario de trabajo haciendo cosas. Cumple a rajatabla su horario, eso sí; desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde está en su puesto de "trabajo".
Estéfano (el que trabaja)
Nuestro segundo personaje no parece tan ocupado como Guillermo ya que está bien organizado y sabe llevar bien su agenda. Termina todas las tareas que empieza ya que es una persona metódica y le dedica tiempo y esfuerzo a lo que hace.
Estéfano no sólo cumple bien con sus tareas sino que, con frecuencia, realiza trabajos que van dirigidos a sus subordinados; quiere controlarlo todo, no lo puede evitar. Tampoco puede evitar decir que no, lo que acaba añadiendo más tareas a su lista.
Nuestro segundo personaje no está tan estresado como Guillermo pero no se siente una persona realizada ni tan siquiera parece que le guste demasiado su trabajo, "el trabajo no es algo que te tenga que gustar o no, es algo que tienes que hacer para ganarte el sueldo y ya está", piensa Estéfano.
Ricardo (el productivo)
El tercer personaje imaginario que traemos a este artículo es metódico y ordenado, igual que Estéfano, pero además reflexiona con frecuencia sobre lo que quiere en la vida, sobre lo que considera importante y sobre lo que quiere conseguir a medio y largo plazo.
Ricardo selecciona cuidadosamente las tareas que va a realizar. Rechaza los trabajos que no le interesan aunque éstos le pudieran reportar beneficios económicos.
Prefiere centrarse en unas pocas tareas, las que de verdad le motivan y están en consonancia con sus principios. De esta forma, va consiguiendo los objetivos que se va planteando y tiene el estilo de vida que quiere, sin estrés y con mucho tiempo libre para disfrutar de sus aficiones y estar con su familia.
¿A cuántos Guillermos, Estéfanos y Ricardos conoces? ¿te identificas con alguno de ellos?
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Hola Luis José,
ResponderEliminarMuy buen artículo has ejemplificado bien los distintos estilos de vida, creo que muchas personas no se dan cuenta en donde se encuentran y es ahí que no distinguen entre lo que es realmente importante en sus vidas.
El punto es que no han dado siquiera un vistazo a cómo pueden ser sus vidas y es por tanto que no saben que existe una forma de vivir mejor.
Excelente artículo.
Omar Carreño
Pues por desgracia, conoçco muchos Guillermos que llegan a jefes por eso mismo, por que están todo el día "ocupados" aunque sean cero productivos.
ResponderEliminarYo creo que soy una meçcla entre Guillermo y Ricardo. Me falta ser más metódica y ordenada, por eso sigo tu blog ;)
Diana.
De todo hay en la viña del Señor. Yo creo que soy un cóctel llamado Ri-Es-Gui y las proporciones varían dependiendo... digamos del tiempo.Me gustaría ser una auténtica Ricarda y en eso estamos. Gracias por tus ideas tan sabias y tan "mínimas". Eres un genio.
ResponderEliminarMe encantan tus listas. Ayudan mucho a entender mejor el mundo.
ResponderEliminarSobre el pobre Guillermo (o la Guillermina) quizás no hay mucha controversia. La deriva todo su valor del estrés que tiene, y el día de su jubilación (o antes) le dará un infarto porque no sabrá que hacer con tanto tiempo libre. Es como un hámster que corre dentro de su ruedita si parar y sin pensar.
Ahora, entre Estefano/Estafania y Ricardo/Ricarda, no sé quién será más feliz. Debo decir que conozco muchas Estefanias y Estefanos que hacen re-bien su trabajo, cumplen todos los plazos, no cuestionan nada lo que se les pide, y son muy feliz por ello. El hecho de no analizar tanto las cosas y simplemente funcionar en muchas empresas se valora muy bien. Para que complicarse la vida y cuestionar?
Entre los Ricardos y Ricardas del mundo hay muchos que son tan conscientes y analizan tanto, que viven en estrés permanente con el jefe (al que le importa un comino si gusta lo que ha pedido) o con la pareja.
Quizás la diferencia en felicidad del que trabaja y del productivo no reside en su forma de trabajar, sino en el entorno. Si trabajas como autónomo, entonces ser productivo es más importante. Si trabajas por cuenta ajena, muchas veces el trabajar te conviene más. Y la productividad siempre la podrás utilizar en otros campos.
¡Muchas gracias por vuestros comentarios!
ResponderEliminarComo apunta Valentina, el entorno importa mucho, hasta el punto de que lo que realmente valoran muchos jefes no es que el trabajador produzca mucho y bien, sino que se adapte a la cultura y a la manera de trabajar de la empresa, aunque ésta sea una chapuza.
Muy interesante este tema. Es algo en lo que vengo pensando hace tiempo.
ResponderEliminarDe hecho, a principio de año trabajaba diseñando y administrando paginas para una empresa que insistia en pagarme por hora. Porque claro, todo el resultado que yo les prometia "tenia" que venir de al menos 4 horas de trabajo diarias, en sus oficinas.
Por curiosidad acepte, y me iba a sus oficinas que contaban con conexion a internet de muy superior a la que yo tenia en mi casa. Asi que, contento, les daba los resultados que habiamos acordado en 30 minutos diarios, y me dedicaba el resto del tiempo a usar su conexion a internet para emprender mis propios proyectos. Supongo que si ellos hubieran entendido la diferencia entre estar ocpupado y ser productivo, se hubieran ahorrado dinero.
Hola Santi.
ResponderEliminarEn efecto, pagar por horas trabajadas en lugar de pagar por el resultado es un error que siguen cometiendo muchas empresas.
Gracias por contarnos tu experiencia.
En mi caso me pareció que los 3 personajes son un camino con 3 destinos diferentes, y yo voy saliendo de Estéfano para dirigirme a Ricardo... pero a veces mi actitud me hacen visitar a Guillermo de vez en cuando jaja muy buen post, saludos!
ResponderEliminar¡Felicidades por el artículo!
ResponderEliminarMe parece que has ejemplificado perfectamente los principales tipos de trabajadores. A mí me ha tocado alguna vez un jefe tipo Guillermo y, cuando eres más metódico o intentas optimizar, es una auténtica pesadilla...
TAmbién coincido con Santi, si se pagara por resultados creo que sería mejor, fomenta la motivación y la optimización de tu tiempo.
Yo, igual que Luisa, yo me identifico como un híbrido de los tres con un pequeñisimo porcentaje de Guillermo aunque en algunos momentos no queda más remedio.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Santi y Chis: Las empresas deberían plantearse permitir trabajar por objetivos aunque en nuestro país lo veo muy complicado.
¡Hay! ¡qué horror!, qué dolor de cabeza me entra sólo de pensarlo. A mi me suena realmente a chino todo eso. La productividad me parece la cosa más horrible del mundo. Es usada para quitarle los derechos que con tanto esfuerzo la gente consiguió, cuando la productividad no era Dios.
ResponderEliminarMe siento como si me hubiera podido escapar de una jaula donde está todo el mundo encerrado dándose codazos.
Carmela
Juan:
ResponderEliminarEs normal que pasemos de un rol a otro hasta que asentamos bien nuestras costumbre.
Chris:
¡Cómo lo sabes! Tener un buen jefe no tiene precio y tener uno malo puede ser una pesadilla.
Jordi:
Poco a poco hay empresas que se van dando cuenta de que no es lo mismo crear algo que apretar tornillos. Esperemos que se vaya valorando cada vez más el resultado en lugar de las horas que pasamos calentando la silla.
Carmela:
Creo que tienes una idea equivocada del significado de "productividad". Te animo a que investigues un poco, en internet hay mucha información sobre el tema. Está bien que haya por aquí comentarios y opiniones diversas, eso enriquece el blog, pero creo que para criticar algo hay que conocerlo (al menos un poquito).
Un abrazo