Llegas al trabajo, te sientas frente al ordenador y lo primero que haces es consultar el correo electrónico. Sabes que tienes muchas tareas pendientes pero miras el correo por si hay algo importante o urgente. Echas un vistazo rápido y contestas a varios de ellos que son poco relevantes. Llega un compañero y te pide que le eches una mano con la impresora que parece que esta mañana está de huelga, te llaman al móvil, después al fijo, vuelves a consultar el correo y al mismo tiempo le echas un vistazo a las noticias, un compañero te propone ir a tomar un café ¿cómo rechazarlo?
Pasadas cuatro horas, tienes la sensación de haber trabajado mucho pero en realidad no has avanzado en ninguno de los proyectos o tareas importantes que tenías pendientes. ¿Te suena esta película? Si lo tuyo es "apagar fuegos" seguro que todo esto te resulta familiar. Este modelo de trabajo no te lleva a ningún sitio, o al menos, a ningún sitio que tú quieras. Es como un barco a la deriva, que va donde lo lleva la corriente.
"No dejes que las circunstancias te impongan lo que tienes que hacer, empieza a definir tu trabajo, sé tú el que decida qué hacer y, sobre todo, qué no hacer en cada momento. Coge el timón. Sólo de esta forma podrás alcanzar tus objetivos."
Aquí tienes algunos consejos prácticos para soltar la manguera y agarrar el timón:
Primero lo primero. Haz en primer lugar lo más importante, no lo más fácil ni lo más urgente. Lo más importante es aquello que te lleva a conseguir tus objetivos, a concluir tus tareas pendientes. Aprovecha bien las primeras horas de la mañana, cuando te encuentras con más energía.
Aprende a decir que no. Si estás trabajando en algo importante, los demás entenderán que no puedes atenderlos. Toma nota de sus peticiones y di de forma educada que los atenderás en cuanto puedas.
No leas el correo electrónico hasta pasadas dos horas del inicio de tu trabajo. Si hay algo realmente urgente, te llamarán por teléfono. Es mano de santo, te lo aseguro.
Haz una lista de tareas pendientes. Lo puedes hacer en papel o puedes utilizar algún program de listas To-Do como el GToDo o Tasks, o algún programa en línea como Remember the Milk. Define claramente qué tareas son las que tienes que realizar. Cuanto más corta sea tu lista, mejor, más probabilidades tendrás de completarlas todas.
Yo abro el email al llegar al trabajo en primer lugar, pero no para procesarlo sino para controlar que todo está en su sitio y que los filtros han hecho bien su trabajo. Es una acción de menos de 2 minutos. Más tarde, sobre las 10:30-11:00 de la mañana es cuando lo abro para procesarlo y contestar los emails recibidos. De momento así me va bien.
ResponderEliminarOtra cosa que hago es procesar el email sólo dos o tres veces al cabo del día. Justo antes de marcharme lo reviso, por si llegó algo de última hora. Como bien dices, si es algo muy importante ya te llaman por teléfono...
Uff, abrir el correo sólo 2 minutos, a eso lo llamo yo tener determinación y control. Yo no podría, empezaría a "picotear" por aquí y por allí...
ResponderEliminarComo todo, es cuestión de habituarte... Es que me revienta tener todo entremezclado cuando voy a procesar el email.
ResponderEliminarDe todas maneras yo he de confesar que tengo una relación amor/odio con el email... De lejos, es lo que menos me gusta manejar. Es por ello que a lo mejor me puedo controlar, porque para otras cosas... ;)
Estupendo post luis, lo del correo en el trabajo es totalmente cierto, voy a tener que hacerte caso y no mirarlo hasta pasadas 2 horas.
ResponderEliminarUn saludo,
Alberto